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Motivos por los que deberías de orar

¿No sabes que pedir en oración?

7 motivos por los que deberíamos de orar

Todos tenemos diferentes problemas y necesidades en la vida.

Por ende, oramos por muy variadas circunstancias en las que nos vemos envueltos o, que vemos a otros padecer problemas de diversas índoles.

Pero, ¿sabías que la misma palabra de Dios nos presenta por cuáles motivos deberíamos estar orando también?, y ya sabemos, que, si en la biblia así se mencionan, por algo es.

Razones por la cuales orar según la biblia

Primera razón

Orar por nuestros enemigos y nuestros perseguidores

Jesús nos dijo que debemos hacer este tipo de pedidos para ser perfectos como el Padre

Mateo 5

44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;

45 para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.

Es interesante porque dice, que la acción de amar a nuestros enemigos y de orar por quienes nos persiguen, nos hace hijos del Padre.

Y creo que orar por quienes hacen persecución, deberíamos ampliarlo por aquellos que se burlan, maltratan verbalmente, o incluso se enojan por causa de nuestra fe, sin llegar a realizar una persecución como la que sufrían los primeros cristianos.


Segunda razón

Orar en todo tiempo por los creyentes

En Romanos 12, podemos leer como Pablo hace una similitud entre el cuerpo de Cristo y el cuerpo humano.

Nos dice que nosotros somos parte del cuerpo de Cristo, y que cada parte tiene una función diferente. Pero que se complementa en el cuerpo de Cristo, el cual somos nosotros, la iglesia.  Tenemos diferentes funciones porque somos diferentes partes del cuerpo, pero nos pertenecemos unos a otros, necesitamos el uno del otro.

Efesios 6:18

Oren en el espíritu en todo momento y en toda ocasión, manténganse alerta y sean persistentes en sus oraciones por todos los creyentes en todas partes.

En otras palabras, debemos orar por todos los creyentes alrededor del mundo; y no solamente por los creyentes que conozcamos, o que pertenezcan a nuestra iglesia local.

Porque todos los creyentes en el mundo, pasan por momentos de prueba y adversidad. Algunos en mayor medida, otros en menor medida.

La biblia no nos dice, oren por tales personas, excepto las que… No lo dice, porque Dios no hace acepción de personas.

Sobre todo, deberíamos de orar, por aquellas personas que están sufriendo persecución de parte de gobiernos y dictaduras por causa del nombre del Hijo de Dios.

Creyentes que no se pueden reunir, o que no pueden ser vistos con una biblia bajo el brazo en cualquier lugar. Que, si predican abiertamente en las calles, saben que serán inmediatamente detenidos, encarcelados y hasta posiblemente, ejecutados.

Tal vez no pertenezcan a tu iglesia, a tu denominación, e incluso tal vez difiera en alguna interpretación profética; pero mientras padezca persecución por la causa del Hijo de Dios, es más que merecedor, merecedora, de nuestras oraciones.

Pablo no es indiferente la oración de los creyentes

2da de corintios 1

9 Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos;

10 el cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará, de tan gran muerte;

11 cooperando también vosotros a favor nuestro con la oración, para que por muchas personas sean dadas gracias a favor nuestro por el don concedido a nosotros por medio de muchos.

En el capítulo 1, Pablo les habla a los Corintios de sus tribulaciones y peligros de muerte, para que confíen en Dios, el cual los libró y que también ellos cooperaron a esa liberación con sus oraciones.

También nos da ejemplo Pablo, de orar por los creyentes

Colosenses 1

9 Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,

10 para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;

Claramente vemos como Pablo nos da uno, entre tantos otros ejemplos, de cómo debe comportarse un seguidor del Señor, en la acción de la oración.

Nuestro Señor Jesús ora por los creyentes

Jesús también oró por quienes luego, creeríamos en su palabra

Juan 17

20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,

Después de haber casi, terminado de orar por sus discípulos, Jesús aclara que también así, sus peticiones son por todos los creyentes en él.

Si te parece difícil orar por quienes te persiguen o amar a los enemigos, la siguiente causa de oración tal vez lo sea aún más.


Tercera razón

Orar por quienes nos gobiernan

Si eres simpatizante del partido político que gobierna en tu país te será más fácil orar por ellos, pero si son de un partido político que no simpatizas, aquí se verá tu fe puesta a prueba.

1 Timoteo 2

1 Exhorto, ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres;

2 por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.

3 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador

También da las razones de por qué hacer esto, sin importar quien esté al frente de un país.

Para que vivamos quieta y reposadamente y en honestidad, que en nuestros días significa que haya menos corrupción.

Si el o los gobernantes, son tocados o tranquilizados por Dios, no oprimirán al pueblo que gobiernan y el pueblo vivirá mejor.

Y también, porque orar por todos los hombres y los reyes de este mundo, es bueno y agradable delante de Dios.

Además, de que sobraría decir, que muchos de ellos, los gobernantes o quienes deciden sobre la vida de otros, como pecadores que son, también necesitan ser tocados y salvados por la sangre de Nuestro Señor Jesucristo, y que aprendan el verdadero conocimiento de la palabra de Dios.

Los judíos son conquistados y llevados cautivos por Babilonia bajo el gobierno de Nabucodonosor. Han perdido el templo de Dios, sus casas y su país. Han sido llevados contra su voluntad a Babilonia.

Aun así, Dios les dice a través del profeta Jeremías, en el capítulo 29

7 Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz.

Por lo tanto, orar por los gobernantes, no solo es agradable a Dios, sino que también es bueno para nosotros.


Cuarta razón

Orar por la voluntad de Dios

En la oración del Padre Nuestro (Mateo 6:10), Jesús nos enseña que también debemos orar por la voluntad de Dios. Que su voluntad se cumpla en la tierra, al igual que como se cumple en los cielos.

Que seamos obedientes a la voluntad de Dios, como son sus ángeles en los cielos. Porque la voluntad de Dios siempre debe estar primero. Incluso Jesús dio ejemplo de ello.

Lucas 22:42

Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.


Quinta razón

Orar por la paz de Jerusalén

Salmos 122

5 Porque allá están las sillas del juicio,

Los tronos de la casa de David.

6 Pedid por la paz de Jerusalén;

Sean prosperados los que te aman.

7 Sea la paz dentro de tus muros,

Y el descanso dentro de tus palacios.

8 Por amor de mis hermanos y mis compañeros

Diré yo: La paz sea contigo.

9 Por amor a la casa de Jehová nuestro Dios

Buscaré tu bien.

Dios nos dice que oremos por la paz de Jerusalén; la cual es muy importante para Dios, allí está el monte Moria, donde siempre se ha construido su casa. Desde allí gobernará Jesús sobre todas las naciones. La nueva Jerusalén, la gran ciudad santa, descenderá allí, al final del milenio (Apocalipsis 21)

A lo largo de la historia, las naciones, pueblos y religiones se pelearon por Jerusalén; y se disputan actualmente hasta quien puede orar allí y que país puede poner su embajada allí.

Saben de la importancia de esta ciudad.


Sexta razón

Orar por causa de la mies

Lucas 10

2 Y les decía: La mies a la verdad es mucha, más los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.

La mies, la cosecha, es mucha, y los obreros son pocos. Pero el Padre es el que envía a los obreros.

Podemos educar y preparar a muchos pastores o líderes cristianos. Pero poner en sus corazones, esa preocupación y ocupación para con la mies del Señor, eso es algo que solo Dios puede hacer.


Séptima razón

Orar por nuestra dignidad delante de Jesús cuando vuelva

Lucas 21

36 Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.

Puede pasar que muramos antes de su venida, pero tarde o temprano, estaremos delante de Él, y como no sabemos ni el día ni la hora de su venida, y como no sabemos ni el día ni la hora de nuestra muerte… es totalmente razonable, cuando nos dice: “Velad en todo tiempo”

Ya desde Salmos nos advierte de la ira del Hijo de Dios.

Salmos 2

12 Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino;

Pues se inflama de pronto su ira.

Bienaventurados todos los que en él confían.

Dios es amor, pero también es juicio y justicia, y misericordia para aquellos que se arrepienten y confían en Él.

Para los que no quieran confiar ni arrepentirse, beberán de la copa de la ira de Dios, y del Hijo.


Resumiendo, la palabra de Dios nos pide:

  • Orar también por nuestros enemigos,
  • Orar por los creyentes,
  • Orar por nuestros gobernantes para tener paz allí donde vivimos,
  • Orar por la voluntad de Dios que sea cumplida aquí en la tierra como se cumple en los cielos,
  • Orar por la paz en Jerusalén,
  • Orar por causa de la mies para que Dios provea más trabajadores que guíen a su pueblo,
  • Orar porque seamos dignos de estar en pie cuando Nuestro Salvador venga gobernar sobre la tierra.

Tenlos en cuenta, sobre todo, cuando quieres orar, pero no sabes que pedir.

Aún hasta los motivos por qué pedir, te nos lo da Nuestro Padre.

Dios nos bendiga, y que no desfallezcamos en la acción de orar.

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